Vivir en situación de impasse. Vivir a la espera de algo que te desespera. En ese atolladero que no es otra cosa que una lenta agonía. Esperantes ardidos, pera y olmos. Saber que se viene el garrotazo. La espada de Damocles ahí. Como cantaba Lou Reed: “Para curarte deben matarte”.
¿Cuántos meses hace que venís con una angustia que no encuentra válvula de escape? ¿Una angustia que te estruja y que además se transformó en una máquina de tortura impávida y silenciosa? ¿Hasta cuándo va a aguantar el coure?
En la pista de baile, en ese momento que son todos los momentos, cuando los cuerpos pierden la noción y se entregan embelesados a los detritus de la música –esa bomba siempre latente de explotar–, hay un instante que tanto se vibra como se asemeja a un tormento.
El pico de éxtasis. El pico de la cerbatana. ¿Cuándo va a tirar la/el DJ el bombo, ese hachazo marcial para que esta marcianada se acomode a los golpes del tiempo? El bombo como un refusilo pero que aún no es la tormenta. Relampaguea aunque todavía no se concretó. Algo que sabés que va a venir…
Así estás ahora. Esperando ese bombo en negra. Aunque esta vez la fiesta no es tuya ni de tu comunidad. Pero necesitás que de una vez el sopor que te carcome se torne una realidad y no esa sombra que tanto te inquieta tanto te posterga.
Porque hay que empezar aún a sabiendas de que es para peor.
¿No queda otra?
El mundo como lo conocíamos. Las palabras como las conocíamos. Las consideraciones como las conocíamos. Los debates como los conocíamos. Nada de eso que te amparaba y te definía parece quedar en pie.
Una epidemia de obediencia suicida. ¡Qué suplicio el impasse!
Esta emisión de Bailando sobre una Telaraña está dedicada a mi compañera, Gisela Faure. Ayer cumplió años. Se merece lo mejor del mundo y más. Si no están al tanto, conozcan las bellezas que produce en su taller de cerámica (yvy_ceramicas / @yvy_ceramicas en IG). Pd: las imágenes de hoy pertenecen a su obra.
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¡Nos vemos la semana próxima!
Bailando sobre una Telaraña, la vuelta de tuerca al algoritmo.