Bailando sobre una Telaraña #72 🪩🕷🕸 ESTA VEZ CON LA PLAYLIST #72! Mil disculpas!
Dos horas de novedades musicales, cero desperdicio
PH: Carlos Goldin
In memorian de Martín Litmanovich & Diego Rojas. QEPD
Seguramente conocen a una persona que tiene la particularidad de atesorar en su armario prendas sin estrenar. Una remera, una bombacha. Un par de medias, un pantalón. Un suéter, una camisa. Casi una puerta al futuro. Casi una invitación a lo desconocido.
¿Cómo hace esa persona para decretar que las conservará en algún lugar recóndito o secreto y por un tiempo indeterminado? ¡¿Cómo haceeeee?! ¿Cómo hace para día a día olvidar de que cuenta con esa sorpresa ahí, en la punta de las yemas de los dedos? ¿Cómo logra esa alma no inmutarse y seguir por la vida como si nada?
Admiro a ese tipo de personas.
Dirán: “¿En qué planeta vive este pelotudo? ¿Escribiendo sobre comprar ropa en momentos en que más de la mitad del país está bajo la línea de pobreza? ¿Podés dejás de vivir en tu luna de Florida, ¡PELOTUDO!?”
Dirán otras personas lectoras: “Justamente, justamente, se trata de capitalismo. De las pocas cosas que nos alegran del capitalismo. Lo nuevo, lo nuevo. La llegada a nuestro universo de la novedad. Ese estímulo que porta la novedad”.
Estarán quienes se rían y me ataquen: “Uy, ¿ahora vas a citar a Walter Benjamin y el eterno retorno de lo nuevo? ¿A qué vas a restituir la prédica de Mark Fisher y el marco de infelicidad que nos atraviesa? ¿A qué nos vas a venir con eso de que ya conocemos las soluciones pero que no existe quién las implemente?”.
No obstante lo cual, las cosas, por lo menos en estas horas, son más pedestres: días atrás di con un jean ¡NUEVO! (ay, maldito capitalismo del …) del que no sabía de su existencia.
¡La felicidad que me embargó cuando lo encontré, ahí, al fondo del estante! ¡Qué deidad luminosa y atrapante se apareció delante de mis ojos!
¡Muerte es beldad, diría Macedonio!
Esta emisión de Bailando sobre una Telaraña está dedicada a Nicolás Moguilevsky, el coordinador general de la editorial Mansalva, y a quienes formaron parte del stand 427 del pabellón azul de la Feria del Libro. El día del cierre fueron atacadxs violentamente por seguridad privada del predio rural: ¡Miedo y Asco en la Feria del Libro!
Se agradecerán los comentarios y recomendaciones en redes sociales. Y mucho más los aportes vía cafecito (¡no tengan miedo ni crean que es poco lo que para mí es mucho!).
Ingresen a este link y ahí verán la opción para colaborar. ¡Mil gracias!
¡Nos vemos la semana próxima!
Bailando sobre una Telaraña, la vuelta de tuerca al algoritmo.