Bailando sobre una Telaraña #75 🪩🕷🕸
GUSTAVO ÁLVAREZ NÚÑEZ Dos horas de novedades musicales, cero desperdicio
A veces estamos muy dulces. Muy.
Como cuando abrimos una bolsa de café. Nuevita. ¡Ese aroma! ¡Ese contagioso aroma a vida y futuro!
Una arena sedosa. Un cielo de joyas relucientes. Una porción de aire intenso y rejuvenecedor.
Parecería que la vida tiene sentido.
¡Es infinita esa belleza disparada!
Hay una confianza ciega en la repetición de esa instante. Una repetición infinita. ¿Quién la provee? ¿Quién la firma? ¿Quién la garantiza?
Una confianza ciega que tal vez nos despierta todas las mañanas sin otra perspectiva que no preguntarnos por esa perspectiva, por ese motivo.
Inercia y querencia.
Abrir los ojos, destaparnos y arriba.
¿Nos espera el desierto? ¿Nos espera el río? ¿Nos espera el volcán? ¿Nos espera la certidumbre? ¿Nos espera la esperanza?
Es curioso que la palabra “esperanza” contenga “espera” (que tiene un carácter negativo de por sí) y que de la espera se desprenda la esperanza.
Es un mar vasto y hermoso el lenguaje si se nos ponemos a experimentar con estos deslices.
Entonces, el arrebato que genera algo nuevo.
Algo que se abre al mundo. Esa plano que ilumina un foco inédito y radiante. Ese ulular de las narinas. Esa apoteosis en envase pequeño.
Celebremos siempre la suerte de contentarnos con tan poco. Tan poco que es mucho.
¿No tendrá razón al fin y al cabo la filosofía Criollitas que la felicidad es simple y pasajera? Mmm…
Esta emisión de Bailando sobre una Telaraña está dedicada a todas las personas que día a día sostienen los merenderos y comedores populares. Todo nuestro cariño, admiración y respeto.
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¡Nos vemos la semana próxima!
Bailando sobre una Telaraña, la vuelta de tuerca al algoritmo.