Bailando sobre una Telaraña #78 🪩🕷🕸
GUSTAVO ÁLVAREZ NÚÑEZ Dos horas de novedades musicales, cero desperdicio
Mi fiambrero amigo está escribiendo una novela. Quiere que le dé una mano. Le prometí que lo vamos a hacer. Pero primero, le dije, que escriba y escriba. Que se deje llevar por la escritura. Que no frene. Que le dé para adelante. Que no vea lo que escribió hace tres días o una semana.
Ya habrá tiempo.
Mi fiambrero amigo no entiende porque a esta altura de su vida se le dio por escribir. Si está hecho. Si sus hijos son grandes. Sus hobbies (las motos y los autos) siguen en pie. Más cerca de la jubilación que de la obligación de trabajar, el hombre se despierta todas las mañanas a las seis y arranca.
Pero un día le apareció el deseo de escribir. ¿Por qué yo, que no terminé el secundario, que no leo mucho?, se pregunta mirándome a los ojos. La escritura es así, le digo. Cuando menos te lo esperás, la tenés tocándote la puerta.
Me voy de la fiambrería y pienso en la confianza en el mañana que porta cierta gente sin saberlo. ¿De dónde viene? ¿Cómo logramos que el estado de las cosas no repercuta de tal modo que den ganas de pegarse un corchazo a cada instante?
Ah, la confianza en el mañana, diría el poeta.
Luis Alberto Spinetta manifestó: “Yo quiero pensar en un mañana, porque el tiempo se dirige a un mañana, no está en el ayer. No podemos reconstituir lo que fue pasado, sí podemos seguir curando las heridas que nos dañaron en el pasado tratando de no olvidarnos de ninguna de las premisas para tener la visión del futuro. Olvidándote de todo no podés construir”.
Hoy como ayer pienso en mañana, Luis Alberto.
Pero si hay un gremio que algo sabe de confiar en el mañana son lxs poetas.
El cineasta y poeta Gustavo Fontán editó hace unos meses un bellísimo Cuadernos del merodeo (Cielo invertido, sello cordobés) que no solo excede en su presentación la de un libro convencional –uno de los talismanes de Fontán cuando filma es una colección de flores secas que aparecen aquí en fotografías reproducidas con el grano y la delicadeza de unas acuarelas–, sino que nos va transportando a lo largo de su lectura emebelesada en el viaje alrededor de tres de sus películas: La terminal (2024), Ramón Vázquez (una ficción que aún no se filmó) y Nadie nada nunca (en desarrollo).
Es muy significativo el procedimiento del “merodeo”.
Como el garabato, es una instancia donde el impulso va tejiendo un camino entre fluctuante y profuso, en el que el deseo genera la forma como el contenido. Página a página nos cruzamos con los apuntes de Fontán. Citas. Perfiles. Observaciones.
Y las intermitencias que se van sumando a la montaña de sensaciones: “El litoral es el territorio de lo ausente que habla. Como algo que se quiere decir, pero no se recuerda del todo”, escribe.
Como la belleza no nos basta y la desgracia no nos destruye, diría Juan José Saer, nos quedamos en Córdoba (Salsipuedes, concretamente) donde en estos días Ricardo Cabral, activista del spoken word y los encuentros entre músicxs y poetas–viene organizándolos desde hace dos décadas y más; el último, Esta vida no otra (EVNO)– ha puesto en circulación un pequeño pero fructífero libro, Aprendices + Evno Lados B (Evno):
Amante de los formatos no convencionales y los híbridos entre literatura y periodismo, en esta incursión Cabral –quien todos los miércoles conduce el programa radial El abrazo a las 21hs por @radiocurva– recupera en la primera de las series la mirada contemplativa como perpleja que nos activó la larga jornada pandémica.
Mientras que en la segunda, el poeta que nació en el mismo pueblo (Coronel Moldes) que Agustín Tosco rescata ciertos textos leídos en perfomances donde fue acompañado por instrumentación sonora.
Una particularidad: están escritos en plural, “para una versión coral de nuestros días”, afirma Cabral.
Somos aprendices:
es la paciente acción cotidiana
que se manifiesta
a veces con devoción
otras con desgano
jamás con indiferencia.
Nos mudamos ahora a un barrio porteño.
Alelí Manrique apuesta también por la batalla colectiva desde la editorial artesanal Les amigues, donde sus integrantes reponen textos olvidados como El libro de los deseos cumplidos de Martha Gertrude Freud –artista y editora vienesa de principios del siglo pasado–, en una fascinante edición con papeles especiales, cosidos con hilo. “El texto reversionado en lenguaje inclusivo y utilizando el voseo, apto para ser degustado a toda edad”, señala la publicación.
Aunque acá queremos destacar Glow in the dark (Limbo, 2023), su reciente correría poética.
Aquí vamos acompañando las peripecias de una voz femenina que se debate entre hacer frente a las tareas cotidianas y una mirada tan corrosiva como tierna de las relaciones afectivas.
Como si María Elena Walsh y Susana Thénon caminasen juntas de la mano y reverenciasen a un tiempo que se nos escapa. Con el humor siempre en la punta de la lengua.
Des
cansar
a donde
la luz mortecina
se acuesta
en la
esquina quieta
a donde
el silencio
de las cosas
que ya no se nombran
se apoya
en donde
el tiempo
se queda dormido
mientras el reloj
sigue sonando.
Esta emisión de Bailando sobre una Telaraña está dedicada a todas las personas que venían trabajando en el área de rescate y acompañamiento de víctimas de trata. Y en especial a Loan.
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¡Nos vemos la semana próxima!
Bailando sobre una Telaraña, la vuelta de tuerca al algoritmo.