Spleen tuvo una vida entre 1995 y 2002.
Editó un miniálbum –Travesía ideal (Índice Virgen, 1998)– y un disco doble póstumo –Deriva - Fin (Ultrapop, 2009)–. Los avatares del aburrimiento moderno lograron que algunos de sus integrantes armasen un grupo de wasap. Así se fue cuajando la intención de juntarse a grabar, aunque con un gran escollo: varios de ellos viven a miles de kilómetros uno del otro.
Pero para eso está la modernidad liquidada: sin querer queriendo registraron dos canciones: “2053” y “Grito Primitivo”. Esta última, un homenaje sampleadélico a la banda que uno de sus miembros, Gustavo Álvarez Núñez (GAN), tuvo a mediados de los años 80.
Mientras que “2053” evoca un fin de época a contraluz, con mucho humo y la suavidad de una nostalgia que aún no sucedió.
Además, al combo de Tomás Barry y GAN, se sumaron los aportes de Yuliano Acri (en producción e instrumentaciones varias) y Cristian “Titi” Pedraza (baterías sampleadas vía tomas de celular).
El mastering corrió por cuenta de Nico Barry. Del arte de la portada se ocupó Sebastián D’Ovidio (con obra de su autoría incluida, “Diálogo”). Varias tomas fueron grabadas en Olavarría, el estudio de Marcelo “Tano” Zeoli.
El material de este EP denominado Discontinuo es producto del mismo devenir, “el intento por hacer algo pero sólo logramos algo discontinuo”, admiten.
Aquí va el link para que puedan escuchar estas dos canciones:
En los próximos meses verán la luz algunos temas más, esta vez con la presencia de dos puntales spleenescos: el bajista y productor Félix Cristiani y el guitarrista y editor Mariano Valerio.
Se agradecerán los comentarios y recomendaciones en redes sociales.
¡Larga vida a la melancolía luminosa y esperanzadora!
PD: la semana que viente retoma el hilo Bailando sobre una Telaraña.